Al inicio no pasa nada, pero después se complica...
“Llevo 6 meses y ya no aguanto, estoy cansada, desvelada. Mi bebé se despierta 2 o 3 veces por la noche pidiendo que le amamante y pues, eso tengo que hacer porque lo amo y quiero que tenga excelente salud, pero ya me siento muy débil y algo deseperada ¿Qué puedo hacer?”
El paradigma moderno sobre amamantar en la noche
Si ya llegaste hasta aquí, debes ser una madre jóven a la que le han dado los siguientes consejos:
- Tienes que amamantarle siempre, en el día y en la noche.
- Ellos solitos van ajustando su sueño.
- Arrúllalo, cántale, múevelo, palméalo en la espalda y verás que se duerme rápido.
- Acuéstalo(a) contigo, en tu cama, para que te sienta cerca y no se sienta solito(a).
- Y si se despierta dale pecho (amamántalo), cárgalo y arrúllalo para que se vuelva a dormir.
Estos consejos modernos, si bien se sinten muy amorosos y considerados, terminan por empezar a minar tu salud y generarte graves problemas.
¿Qué te está sucediendo?
Bueno, permíteme explicarte algo muy importante: el sueño es el mecanismo reparador por excelencia para tu cuerpo. Durante él, se liberan toxinas, tu sistema inmunológico y tu sistema antioxidante trabajan en conjunto para hacer reparaciones menores y mayores, incluso apoyando la regeneración de todos tus órganos.
Ahora imagina que tu cuerpo tiene, a partir de que eres mamá, 2 trabajos adicionales que antes no tenía:
- Fabricar leche, varias onzas durante todo el día y noche, con la mejor nutrición posible, tomando esos nutrientes de tu propio cuerpo para darlos a tu bebé, en lugar de usarlos para tu propio beneficio.
- Mantener un estado de alerta, tu cerebro necesita ir reconociendo los sonidos de tu bebé y su asociación con otros sonidos que antes eran desapercibidos para ti, y así aprender a determinar cuándo hay una situación importante que atender en relación al cuidado de tu bebé. Esto hace que tu sueño, que antes era profundo y relajado, ahora sea lijero y se interrumpa con facilidad.
En resumen, hoy en día vemos que muchas madres que aplican el paradigma moderno, han provocado sin saberlo una afectación excesiva a su ciclo de sueño y están experimentando fatiga crónica, depresión post parto, ansiedad, y estos problemas tienen un común denominador: prácticas no adecuadas durante las noches.
Y entonces ¿Hay alguna opción?
Hace 28 años cuando llegó el primer hijo nos indicaron, como se ha hecho desde hace siglos en la humanidad, la forma digamos “clásica” pero realmente probada, de hacerlo bien.
¿Cómo es? Bueno, relajas a tu bebé antes de dormirle, le amamantas y al mismo tiempo le das leche adicional hasta que se llene y le duermes en su propia cama, no en la tuya. Si despierta, no le haces caso a la primera, a la segunda le arrullas o palmeas su espaldita sin moverlo y bueno, a veces y solo algunas veces, habrá que atenderle.
¡Y listo!
Bien pero ¿Cómo se hace esto?
- Prepara un buen biberón, no vas a sustituir tu leche sino a complementarla con una cantidad que sepas que “no sería posible que se la toma toda”. Por ejemplo, si normalmente toma 2 onzas, este biberón será de 4 onzas.
- Escoge una hora y hazla rutina, para que vaya aprendiendo que a cierta hora, es momento de empezar a “apagar motores”. Eso le ayudará a establecer mejor su ciclo de sueño.
- Baña a tu bebé con agua tibia donde has disuelto una infusión de hojas de lechuga (puedes herbir varias hojas de lechuga y dejar reposar y entibiar). La lechuga contiene una sustancia llamada lactucarium que tiene efectos sedantes naturales. Esto favorece que tu bebé se relaje y concilie el sueño más fácilmente.
- Nada de juegos emocionantes, en este baño nocturno todo debe ser relajante y tranquilo.
- Llévalo a su habitación que ya estará oscura y tranquila, puedes poner una música suave para que no se escuchen ruidos. En Youtube hay buenas ideas.
- Amamántale de inmediato, no dejes pasar mucho tiempo después de que lo bañaste.
- Agrega de inmediato el biberón adicional para que lo tome hasta que se llene de plano. NO caigas en la trampa mental creyendo que “ya tomó demasiado” y se lo retires, NO, ellos no toman demasiado. Prácticamente se quedará dormido(a) con el biberón en la boca.
- Acuéstale en su camita (nunca en tu cama) y ¡Listo!
- Si despierta y hace ruiditos solo obsérvalo, muchas veces simplemente se vuelven a dormir.
- Si llora no le des de comer, para que aprenda que debe saciarse antes de dormir y que, cuando está oscuro, no hay comida, sino cuando hay luz.
- Como alternativa, dale unas palmaditas en su espalda con cariño sin levantarlo de su cama. Generalmente eso le tranquiliza y vuelve a conciliar el sueño.
¿Resultados?
Dicen las abuelas, y decían las abuelas de las abuelas, y también las abuelas de las abuelas de las abuelas y…
Ok, creo que ya me expliqué ¿Sale?
En Aprox. 1 semana de este proceso, se mejora muchísimo el periodo de sueño de los bebés.
Atendiendo a las abuelas y al atinado pediatra que asistió el parto y primeros meses de mi primer hijo, la madre de mis hijos y yo aplicamos esto con con el primero y la segunda (hace más de 25 años) y nunca tuvimos problemas de desvelo salvo, claro, cuando se ponían malitos por algo, lo cual fue muy raro.
Por milenios el ser humano no ha cambiado su biología ni su morfología, si bien ha aumentado notablemente su capacidad intelectual y velocidad de aprendizaje.
Así que te recomiendo ampliamente que apliques estas recomendaciones y… bueno, recuperarás mucho de tus felices sueños, energía y vitalidad.